La tecnología usada
para escribir y conservar texto ha evolucionado rápidamente en busca de medios
más eficientes. Las plumillas metálicas sustituyeron a las plumas de aves que
se desgastaban rápidamente al escribir, éstas fueron reemplazadas por plumas fuentes, que podían guardar en
un depósito la tinta para no tener que mojar la pluma constantemente; las máquinas
tipográficas permitieron escribir con mayor precisión y rapidez. La imprenta dejó sin trabajo a los monjes copistas
que dedicaban su vida a reproducir libros a mano. Ahora las
computadoras están amenazando con dejar obsoleto al libro de papel que durante
quinientos años ha sido un paradigma entre los medios de información y entretenimiento. Cada adelanto
tecnológico hizo más fácil la escritura y en consecuencia la cantidad de y
texto disponible fue en aumento.
Con cada avance tecnológico se han percibido cambios en los paradigmas relacionados con la lectura y escritura. El libro impreso marcó y transformó las sociedades, posibilitó el acceso a la información y el conocimiento conservado desde épocas
antiguas. Las primeras bibliotecas públicas y privadas se
consideraron como centros de conocimiento. Quienes sabían leer recurrían al
texto escrito para demostrar, "sin lugar a dudas" que eran dueños de
la verdad. Las discusiones se resolvían cuando alguien probaba que lo que decía
estaba escrito en un libro. La letra impresa era respetada y temida
universalmente. En algunos casos este temor llevó a quemas masivas de obras
escritas para evitar que el pueblo se enterara de ideas que atentaban con el
orden establecido. Estos hechos fueron comunes en la edad media.
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